viernes, 7 de diciembre de 2012

El enano Gulia




 Por último, el enano Gulia completa esta serie de maravillas. Gulia fue presentado a la Academia de las Ciencias, tiene 22 años y no mide más que un metro de altura. Nació en Illyria, no lejos de Trieste, de padres bien conformados. Gulia no entró en su condición teratológica, sino hasta la edad de 5 años, época en que cesó de crecer: lo que lo distingue de los individuos de su talla, es un aspecto cultivado y formas bien proporcionadas: habla cinco lenguas, a saber: las dos en que se hallan extendidas sobre las orillas del Adriático, el alemán, el francés y el italiano: es además versado en las artes, toca el violín, monta a caballo y muestra destreza en la caza.
 Este hombre-miniatura, ha excitado el más vivo interés por la dignidad y gracia de sus modales, así como la perfección de sus formas: no es deforme y anudado como los son ordinariamente los enanos: sus articulaciones son delicadas, y lo mismo todas sus musculaciones. El tronco y sus miembros ofrecen la proporción y la rectitud más exactas: su figura tiene una expresión grave, aparentando más edad que la que resulta del certificado de su nacimiento, y nada tiene de infantil, lo que Gulia presenta más notable, es el magnifico desarrollo de su cráneo, y en especial lo saliente de su frente, se diría que era la cabeza de Júpiter sobre el cuerpo de Apolo, pero por supuesto en miniatura. Su voz es fuerte y varonil, y su acento tedesco. Gulia tiene los gustos y pasiones de la edad viril y el amor, que se acerca a todas las distancias, puede también nivelar las alturas. Hay más todavía: Gulia está próximo a casarse. Por una felicidad que revela la previsión divina, encontró en Viena una mujer de su talla con todas las conveniencias sociales que pudieran desearse. Lo que admira más en la historia de este enano es, que su padre, madre, hermanos y hermana, son de muy alta estatura, y que el crecimiento de su talla, llegó a su complemento a la edad de cinco años; ni se puede decir que hasta allí detuvo su desarrollo, porque el estado de las articulaciones y de los huesos, anuncian que nada quedo por desenvolver en longitud, pasada aquella edad. Por otra parte, la dentición y la pubertad, no tuvieron lugar sino en su época ordinaria. Este hombre jamás ha tenido una sola enfermedad, ni aun una indisposición ligera: resiste a las fatigas de los viajes que tanto cansan aun en las personas más robustas. Sus buenos modales le han dado acceso en las principales cortes de Europa: ha jugado al billar, y asistido a la caza con el rey de Prusia y el Emperador de todas las Rusias. 


 Imagen: Mathias Gullia, El enano en el jardín de la Corte.


 Memorias de la Sociedad Económica Amigos del País, Vol. 15, La Habana, 1842. 


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